viernes, 28 de junio de 2013

La victoria continúa

En la sexta parada del colectivo cuatro decidí bajarme para recorrer el Parque Chacabuco. El pulmón del barrio está ubicado en la calle Emilio Mitre, las avenidas  Eva Perón, Curapaligüe, Asamblea, y es atravesado por la autopista 25 de mayo. El Parque es dueño de diferentes habitaciones en las que un niño, un joven y un adulto pueden apropiarse. Incluso las flores tienen su propio espacio, y los perros pueden correr libremente.
Me senté en un banco y observo la pista de atletismo del Parque. Allí entrenan los alumnos del Profesorado de Educación Física del Instituto Dickens, y durante el fin de semana los vecinos le dan vida a los cuatrocientos metros de la pista corriendo de un lado hacia el otro. En este lugar, la calma pareciese ser la protagonista pero el ruido de los vehículos le quita relevancia para ocupar el rol principal de la escena. 
Los vecinos se quejan desde que Rogelio Barrera, el gerente de Autopistas Urbanas, anunció en el 2004  junto al Gobierno de la Ciudad, construir una nueva subida y bajada a la autopista 25 de mayo. El proyecto de 7.5 millones de dólares,  haría que el ruido del tránsito y los accidentes aumenten.  El Profesor de Educación Física Hernán Perluzzo, estaba haciendo el ingreso al Dickens en el 2008 cuando las máquinas comenzaban a irrumpir la concentración de los aspirantes.  Los vecinos manifestaron su descontento con denuncias en la Defensorías del Pueblo de la Ciudad presentando amparos. Además, recolectaron firmas en el barrio para frenar la obra. No fue suficiente. En el 2009 concluyó la primera etapa de la revitalización del Parque Chacabuco. El barrio entero reclamaba una audiencia pública y denunciaba la violación del código de Parlamento Urbano. Desde el Centro de Gestión y Participación Comunal número seis, correspondiente a Parque Chacabuco, los vecinos sostienen que habría un negociado detrás de semejante obra.
La nueva subida de la AU1 estaba planificada para pasar por la pista de atletismo y el polideportivo. La bajada se ideó a la altura de Curapaligüe que desembocaría en la calle Zuviría. Por un problema del desagüe, el gimnasio del parque donde practican los alumnos del Dickens se inundó tres veces, lo que implicó una nueva movilización por parte de los habitantes de Parque Chacabuco. La unión del barrio logró frenar con el trabajo pautado en un principio. Se restituyó el ancho original de la pista de atletismo, disminuido por la construcción de rampas para la autopista en uno de sus lados, se mejoró la iluminación y se revitalizó el sistema de desagües de la pista.

Parque Chacabuco es de todo el mundo que quiera conectarse con la naturaleza y con uno mismo. Miro como las hojas de los árboles tienen vida y bailan al compás del viento. Siento la calidez con la que un niño juega con su padre y la vitalidad con la que los mayores corren. A pesar del ruido que persiste en el Parque, y que los vecinos continúan lamentándose contra las autoridades, puedo sentir el silencio del ambiente que me regala mi paz interior.

miércoles, 19 de junio de 2013

Los Simuladores


Esta semana en +Medios les traemos el análisis de una serie que fue furor en la Argentina, Los Simuladores. Con dos temporadas en su haber (2002,2003) en TELEFE, este programa se convirtió en un verdadero fenómeno social y logró llevarse no solo dos Martín Fierro a mejor ‘’unitario’’(la diferencia entre serie y unitario radica en que en el segundo tipo la historia que se desarrolla comienza y termina en el mismo capítulo) sino que en el 2002 ganó el Martín Fierro de Oro, un verdadero reconocimiento a este programa que marcó un antes y un después en la televisión.

Nacida de una necesidad laboral desde los propios actores por esa inconstancia de trabajo que caracteriza a la profesión, Damían Szifron (Guionisa, Director y Prodcutor del programa) entró después en el proyecto y es él quien verdaderamente aporta la idea de Los Simuladores, una especie de grupo comando que a través del simulacro resuelve problemas cotidianos. Aquí radica una de las claves del éxito del show, el tomar como eje del capítulo una situación que viven miles de espectadores pero que por una u otro razón no encuentran solución (Enamorar a una mujer, hacer que la familia de mi novio acepte a mis padres, etc.) Es la primer serie argentina, unitario, con héroes de verdad que se aleja de los que se venía haciendo hasta el momento en las tiras diarias que simpatizaban más con el estilo de los radioteatros de la década del 50’.

Es interesante ver cómo se estructura este grupo de profesionales desde un aspecto ‘’funcionalista’’, casi orgánico: Mario Santos (Federico D'Elía): es la cabeza, su trabajo implica la logística y planificación de los operativos. Es culto, obsesivo y estudia a la perfección la solución de cada caso. Pablo Lampone (Alejandro Fiore): es la fuerza, se ocupa de la locación y movilidad, es una especie de productor. Es rudo, callado, casi insensible. Emilio Ravena (Diego Peretti): es el espíritu ,se ocupa de la caracterización, es creativo, artístico, inalterable, el gran actor(Si bien, en todos los capítulos actúa más de uno de ellos, él es que dirige las líneas de acción en los ‘’Rol Play’’ ) . Gabriel David Medina (Martín Seefeld): es el corazón, es el investigador, sensible, cursi, capaz de involucrase sentimentalmente en cada caso, y dejando entrever, por momentos, cierta ambigüedad sexual.  Lo fabuloso del programa es que detalla el aspecto psicológico de los protagonistas de modo minimalista, tratando de que el mundo no sepa de donde han salido estos héroes. Si bien es verdad que en la segunda temporada se desarrolla un poco más sobre su vida personal.
 
Al principio se trato de hacer una serie de acción al estilo Brigada A, pero todo se iba tiñendo de comedia, es por eso que prefirieron dejarle esa impronta. De algún modo, esa veta cómica ayuda a reflejar ese ‘’gen argento’’ que tanto nos divierte y creo que también es otra de las claves de su rotundo éxito. Esta planteada como 24 films por su calidad, su guión y los tiempos de producción, algo que no suele abundar en la TV ( se dice que el tiempo es tirano en la TV no solo dentro de ella sino fuera también) .

Habiendo nombrado algunas razones por la cuales la serie triunfo en una televisión despiadada y sedienta de ‘’reality shows’’ (recordemos que tanto en el mundo como en la Argentina ,‘’Gran Hermano’’ era la novedad), uno de los motivos de su éxito fue su contexto histórico. Mientras que se grababan varios de los episodios que luego verían el aire, el país vivía una de sus peores crisis económicas (2001) .Corralito en puerta, cacerolazos, país acéfalo y muertos en las manifestaciones. Todo generó un coctel de noticias que preocupaba a la gente ( y con razón) 24hs al día. Es por ello, que Los Simuladores, venían a descomprimir los ánimos. Ver un grupo de 4 personas capaces de solucionar cualquier problema que tuviera la gente ‘’común’’ encendía una mecha de esperanza en un país que parecía haberla perdido bajo el vuelo de un helicóptero. A tal punto eran tan verosímiles los operativos que se llevaban a cabo que la gente mandaba cartas con problemas reales para que les den solución desde la serie.

Como hemos analizado en casos anteriores, Los Simuladores fue un show que supo cortar a tiempo, cuando aún estaba en la cresta de la ola. Se barajó a principios de este año que habrá una película, y la idea es que sea un gran capítulo , pero para verlo deberemos esperar hasta mediados del 2014. Lo que si podemos decir es que allí están esos 24 excelentes episodios para la posteridad. ¿ A vos cuál fue el que más te gustó?

sábado, 15 de junio de 2013

De categoría mundial

Porque no podíamos hacer la historia de los mundiales dejando de lado las carreras de sus máximos protagonistas, es que nace De categoría mundial. Esta nueva sección apunta a homenajear a aquellos grandísimos jugadores de la redonda que han pasado, al menos una vez, por las citas mundialistas –y que no haya sido un mero paseo de manera insignificante; para eso se está cocinando otra sección-.
Dando el puntapié inicial, +Medios presenta en el menú de hoy a Franco Baresi. Franchino, como es su nombre original, nació en la ciudad de Travagliato –Italia- un 8 de mayo de 1960. Junto a su hermano, Giuseppe, sufrieron la pérdida de sus padres siendo sólo unos niños. Tal tragedia hizo que los hermanos Baresi encontraran en el fútbol su cable a tierra, y vaya si le fue bien a piscinin.
Baresi, un excepcional defensor
Considerado uno de los mejores -sino el mejor- líbero de la historia, marcó un antes y un después en su puesto. Aguerrido, sacrificado, tiempista, y, por sobre todo, un artista  a la hora de cortar un avance rival. Baresi se convirtió por estas características en un símbolo del  AC Milán, a tal punto que a su retiro en 1997, los popes del club –con Berlusconi a la cabeza- decidieron retirar la casaca número 6, la misma que defendió por dos décadas.
Distinta podría haber sido la historia si el eterno rival del Rossonero, el Internazionale de Milano, se hubiese quedado con el pequeño Baresi. Sí, el gran central milanista primero probó suerte junto a su hermano en el Inter, donde quedó éste último. Él no fue fichado por ser “Bajito”. Si bien esto es una verdad, ya que Franco pasa apenas los 175 centímetros, también tuvo problemas para ser aceptado en Il Diavolo –el diablo, como también es apodado el club milanista-, donde quedó en las filas de la institución recién al tercer intento.
Este animal de la defensa comenzó a forjar su exitosa carrera en 1978, año en que debutó en la primera del Milán -contra el Verona- con 18 años. Partido tras partido fue haciéndose su lugar en el once inicial, logrando afianzarse para siempre en la zaga del club que se convirtió en el dueño de su corazón.
Las alegrías no tardaron en llegar. Un año después de su debut, en 1979, se consagraba campeón del Calcio. Pero así como llegaron las buenas, a Baresi le tocó también vivir las malas. En tiempos en que en nuestras tierras los gigantes caen a las sombras del Nacional B, al Rossonero le tocó descender dos veces en toda su impresionante historia, y en ambas el 6 estuvo presente.
Lo que es una constante en el fútbol italiano -y cómo hemos visto hace no mucho- son los negocios clandestinos de las apuestas y arreglos de partidos, que hizo bajar de categoría a nada más y nada menos que a la Vecchia Signora (Juventus) en el 2006. Pero esto viene de bastante tiempo atrás. En 1980 el Milán era encontrado culpable de tales hechos corruptivos y era sancionado a descender a la Serie B. Baresi, comprometido con el club y fuera de las sospechas, se quedó a pelearla. Luego de un año, uno de los grandes de Italia recuperaba su lugar en la primera división.
Pero ahora el desastre era deportivo y no moral. El Milán había sufrido una sangría en su plantel producto del descenso de la temporada anterior, y de esta forma no pudo mantener la plaza en la  categoría de elite en la temporada de 1982. El mero dato estadístico liguero arrojó 7 triunfos sobre 30. A pelearla al ascenso nuevamente.
Otro paso efímero por la B. Para 1984 se encontraba en la máxima categoría nuevamente, para nunca más dejar su puesto de privilegio, donde sin dudas pertenece.
Baresi en la etapa de un Milán increíble
A todo esto, Baresi siempre con la Roja y Negra tatuada en su piel. Con 22 años ya su brazo era apretado por el brazalete de capitán, que sólo soltaría el día que jugó su último partido. El Milán  recién recuperó la memoria recién a partir de 1986. Berlusconi llegaba al club para lograr una especie de “refundación”. A la dirección técnica se acercaba Arrigo Sacchi, toda una novedad por aquellos tiempos. Este nuevo DT era un fiel exponente del fútbol en su total expresión, que se animó a combinarlo con el clásico catenaccio, y los resultados fueron por demás increíbles.
Con una defensa adelantada comandada por Il Capitano Baresi, y con jugadores de la talla de Van Basten, Gullit, Ancelotti, Maldini, entre otros, el Milán viviría años de continuados éxitos en las cuatro temporadas que Sacchi dirigió al team italiano.
Pasó Sacchi, llegó Capello, con Baresi siempre en el fondo. Seguían los Títulos locales e internacionales. El gran 6 jugó hasta 1997, cuando con 37 años decidió colgar las botas y cederle la capitanía a otro tremendo defensor, Paolo Maldini. En total ganó 18 trofeos. Sí, de todas formas y colores. Y a esto se le suma uno más, la Copa Mundial de España de 1982, por eso entra en De categoría mundial.



Baresi y su otro amor, la Azurra
La Azurra, su otra pasión

También referente en la Nazionale, Baresi jugó 81 partidos defendiendo a su país, en las cuales en más de la mitad fue su capitán. Debutó allá por el ´82 contra la selección de Rumania. Integró el plantel campeón del mundo de ese año, pero el técnico del combinado azurroEnzo Bearzot- no contó con él, pero de todos modos sumó esa estrella a su palmarés.
El líbero no participó de México ´86 –fue convocado Giuseppe, su hermano-, pero sí fue baluarte de la selección que en 1990 hizo de anfitriona. El equipo italiano llegó hasta las semifinales de ese mundial quedando afuera con la Argentina del Diego y del Cani, y claro que también, de un Goyco inspiradísimo volando de palo a palo en los penales –el partido había terminado 1 a 1, Baresi convirtió su penal-.
Pasaba el mal trago de no poder coronarse ante su gente, y con sed de revancha, Italia se preparaba para la próxima cita cuatro años después, EE UU 1994. Baresi, ya con 34 experimentados pirulos, seguía siendo el sostén defensivo de la escuadra nacional, y también su líder. El team tano también lo integraba Roberto Baggio, Paolo Maldini, Mauro Tassotti, Giuseppe Signori, grandes jugadores que estaban bajo la conducción técnica de un viejo conocido de Baresi, Sacchi.
Con tres empates en el grupo E, Italia pasaba a los octavos con Irlanda y México, para ganarle en los octavos a Nigeria. Ya en cuartos, una Azurra que no terminaba de brillar, pero que era efectiva, eliminaba a la Furia Roja española por 2 a 1. Las semifinales serían contra los búlgaros, equipo que compartió grupo con nuestra selección (2 a 0 para Argentina).  Tras ganarle también 2 a 1 a Bulgaria, Italia cumplía con su labor de equipo histórico en los mundiales y llegaba a la final. El partido definitorio era contra Brasil, que desde México ´70 no lograba ser campeón. Las cosas no le salieron bien a Baresi y a sus amigos, pero principalmente a Baresi. La final fue 0 a 0, y otra vez los penales se hacían presentes. 3 a 2 fue la victoria para la verde-amarela, donde Franco erró su disparo, no pudiendo así levantar la copa mundial en cancha y como capitán. Cabe remarcar que el gran defensa estuvo lesionado gran parte del torneo y fue operado durante el mismo luego de jugar con Noruega en la primera fase.
En total, Baresi jugó 10 partidos por mundiales, y se retiró del combinado nacional italiano ese mismo año del mundial ´94.

Para despedirnos, sin dejar de mencionar que la próxima entrega será Italia 1934, en 1999 los Tifosi del Milán eligieron a Baresi como el mejor jugador del siglo del club.



 Marco Iannarelli @miannarelli












viernes, 14 de junio de 2013

Mirra, el símbolo del hombre




     Parece arena de color gris oscuro traída de alguna playa lejana con un aroma indescriptiblemente confortable. La mirra tiene origen en el sudeste de Etiopía, precisamente en las provincias de Harer y de Ogaden. El procedimiento para su extracción consiste en hacer un corte profundo en la corteza del árbol Commiphora myrrha, de dos a cuatro metros de altura, y se quita un líquido aceitoso de color blanco amarillento. Aunque con los días transforma su pigmento a un tono marrón rojizo.
Los campesiones etíopes son quienes se encargan de exudar la resina para luego comercializarla. La mirra es exportada a Grasse, donde por el método de destilación al vapor es transformada en esencia.
Este aroma es utilizado por perfumistas. En cambio, en la antigüedad los egipcios la usaban para embalsamar a los muertos u ofrendar a sus dioses. Según los griegos, la mirra existe a partir de una joven que fue convertida por los dioses en árbol por mantener relaciones sexuales con su padre. A su vez, este producto mítico es recomendable para mejorar el dolor de encía y garganta; se consume en bebida caliente. Sin embargo, no se aconseja ingerirla sin antes diluirla porque provoca irritaciones y quemaduras. En la religión cristiana se dice que a Cristo le ofrecieron mirra cuando estaba en la cruz, por lo que simboliza la pasión y muerte de Cristo. Además, el incienso es característico durante la misa; en la iglesia católica se cree que los ángeles lo derraman en el cielo.
Por otra parte, favorece al chakra del tercer ojo, atrae amor y salud. Es protectora del hogar, purifica el ambiente y elimina las energía negativas que habita el espacio.
El árbol Commiphora myrrha. Fuente: Google imágenes

miércoles, 12 de junio de 2013

La precisión como bandera


Por Martin Muelas
@martinm87

“Con 40 años podría seguir jugando, y con 50 también, porque no necesitaba correr para jugar”. Estas palabras describen perfectamente al jugador en cuestión, y son obra de un excelente creador de frases, así describía en su libro Diego Armando Maradona al gran Pibe Valderrama. “Les enseñó a todos los colombianos cómo jugar al futbol. Tenía cosas de Bochini” agregó.

Carlos Alberto Valderrama nació en Pescaíto, un barrio de Santa Marta, cuna de grandes futbolistas en la historia del balompié colombiano. Se crió, como muchos otros grandes, en una familia que predicaba este deporte como estilo de vida. Tanto Jaricho, su papá, como sus tíos, primos y hermanos llegaron a ser jugadores. Comenzó recorriendo el camino inverso al que generalmente hacen los enganches. Hay incontables casos de volantes centrales que tenían poca marca y mucho panorama y terminaban jugando de mediapuntas, bueno él, en categorías formativas ocupaba el puesto de centrodelantero, y de hecho marcaba muchos goles. Pero con el tiempo fue retrasando su posición y adquiriendo nuevos conceptos del juego.


 Debutó a la edad de 17 años en Unión Magdalena y luego de dos  muy buenos fue adquirido por Millonarios. Allí no pudo mostrar su enorme capacidad y luego de un año marchó al Deportivo Cali. Carlos, era una persona tímida pero de fuerte personalidad y convicciones marcadas. Muchas veces discutía con compañeros por que no soportaba que reventaran hacia arriba el balón cuando tenían tiempo y espacio para hacer otra cosa.

Luego de 3 años muy buenos en Cali, llegando a salir subcampeones y formando una dupla fantástica con Bernardo Redín, el Pibe fue vendido al Montpellier francés, convirtiéndose en el primer jugador colombiano en toda la historia en jugar la liga de aquel país.

Paralelamente, esa inconfundible melena había irrumpido en el escenario continental siendo una de las figuras de una selección colombiana que venia emergiendo mediante un buen juego y sus buenos jugadores. En 1987, fue elegido el mejor jugador de la Copa América disputada en Argentina. Brillando y haciendo jugar a su equipo, demostraba que no era un simple jugador de toque, sino que detrás de cada pase había un motivo y una intención.


En sus 3 temporadas en el Montpellier, Carlos no pudo desplegar todo su potencial debido a que no contaba con muchos minutos en cancha. El entrenador francés no valoraba sus condiciones ni el aporte que podía darle a su equipo. En aquellos años, el Pibe se sintió totalmente incomprendido. Años mas tarde un grupo de ingleses que a pesar de intentarlo tampoco entendían como valorar el juego del colombiano, harían un estudio sobre su juego llegando a la conclusión de que “su pelo es una metáfora sobre su futbol. Denso, voluminoso y totalmente anticonvencional”.

Antes de irse de Francia, ganó la copa de la liga con su equipo. Luego si llegarían tiempos de jugar y hacer jugar. Fue el Valladolid español su siguiente destino. Allí fue dirigido por su coterráneo Pacho Maturana y también jugó al lado de René Higuita y Leonel Álvarez.  En este humilde equipo, Valderrama demostró su calidad en Europa y se ganó los elogios de grandes personalidades, entre ellas, el mismísimo Johan Cruyff. En un fútbol en el que predominaba la preparación física, su velocidad mental compensaba con creces su lentitud de movimientos.

Pese a esto, el Pibe siguió sintiéndose incómodo y regreso a Colombia en 1992, pasó un año por Independiente de Medellín y luego fue a parar al Juniorde Barranquilla. En este equipo plasmó con resultados toda su incidencia en el juego, consiguió dos ligas y llevo a sus compañeros a disputar las semifinales de la Copa Libertadores, quedando eliminado a manos del Vélez de Carlos Bianchi, que en los penales conseguiría pasar de ronda y luego se consagraría campeón. Durante sus años en el Junior protagonizó un escándalo luego de mostrarle un billete al árbitro después de que éste cobrara un penal que el Pibe consideraba inexistente. Era raro ver estos episodios en él. También en 1993 fue elegido por el diario uruguayo El país como el mejor jugador de America. Ganaría ese premio en tres oportunidades durante su vida futbolística.

El Pibe fue un caso típico del hombre que disfruta mas jugando para su país que para otro equipo. A pesar de tener altibajos en los clubes que le tocó estar, siempre brilló con la camiseta amarilla de su selección. Ejercía un liderazgo sobre sus compañeros basado en el ejemplo y no meramente en las palabras. Es por esto que fue capitán del equipo durante once años, siendo internacional con su país en más de cien ocasiones, guió a los suyos a disputar los mundiales de Italia 90, EEUU 94 y Francia 98. Con performances dispares del equipo, basadas en las expectativas generadas.

En Italia, el equipo mostró un buen nivel, el Pibe marcó un gol en la victoria por 2 a 0 frente a Arabia Saudita. Empataron 1 a 1 con Alemania y fueron primeros en su grupo. Aunque luego caerían derrotados en octavos de final en manos de Camerún. Abolió distancias con los grandes equipos, con toques precisos le dio caudal al juego de su selección.

En las eliminatorias al siguiente mundial, los colombianos mostrarían un nivel superlativo, clasificando nuevamente al certamen y dejando plasmado un 5 a 0 histórico en Buenos Aires en la memoria de los aficionados. La ilusión generada en el pueblo colombiano fue muy grande. Por esos años el país se veía sumergido en luchas internas y el terrorismo, narcotráfico y atentados constantes llenaban las tapas de los diarios. Por lo que la única alegría que esperaba esa gente se la podían dar estos muchachos. Valderrama era el líder de esta excepcional generación de jugadores que llego a ser considerada como candidata a alzarse con el trofeo mundial. Sus pisadas deleitaban a todos los que amamos este deporte. Su juego de posesión, era versátil y era capaz, a pesar de su lentitud, de darle velocidad al juego y generar magníficos contragolpes gracias a su pegada e inteligencia para ver el pase justo. Pese a esto, el equipo no cumplió con lo esperado y se volvió del mundial muy pronto. Mucho se habló de la presión que acarreaban esos jugadores. Las amenazas recibidas y las consecuencias de esto son muy conocidas.


Ya en la parte final de su carrera internacional, Carlos guió a Colombia en la clasificación para el mundial de Francia de 1998. Allí una vez más ejerció de líder indiscutido del equipo. Hacia que sus compañeros interpreten su juego de toque y triangulaciones. Sabía cuando asistir, cuando ser directo, y sobretodo, cuando frenar, que es algo que pocos jugadores comprendían tan bien como él. Su imagen por esos tiempos había trascendido los campos de juego, llegando a ser la cara visible del International Superstar Soccer 98, el mayor videojuego de futbol de la época.

Previo a la copa del mundo, ocurrió un episodio desafortunado. En un partido amistoso frente a Bélgica, comentaristas colombianos que narraron las acciones del encuentro no se dieron cuenta de que tenían el micrófono abierto cuando empezaron a insultar a Valderrama. Se burlaron de él tachándolo de acabado, anciano y que ya no podía moverse. El Pibe se sintió herido, pensó que la gente que antes lo tenía en un pedestal, ahora lo traicionaba y ya no lo quería. Más tarde, este episodio lo llevaría a una depresión. Pese a esto el Pibe mostró un gran nivel y recibió elogios de todos lados durante la Copa del Mundo. Pero la selección colombiana no estuvo a la altura y quedó afuera en primera ronda.

Luego de unos años en el futbol colombiano, Valderrama fue tentado para participar en un proyecto de refundación de la MLS, la liga norteamericana de futbol. Disputo sus últimos años de carrera en ese país, volviendo ocasionalmente al Deportivo Cali durante los meses de receso de la competición. En Estados Unidos, el Pibe jugó en Tampa Bay Mutiny, Miami Fusion y Colorado Rapids. Dejo una huella muy importante en esa liga, destacándose por tener el record vigente de asistencias o pases gol, con un total de 114.

            Se retiró en 2004. Suele ser número puesto en los partidos homenaje de todas partes del mundo. A pesar de su simpatía, detestaba que le tocaran el cabello. Soportaba toda clase de bromas pero advertía que nunca se metieran con su melena. Es casi con seguridad, una de las personalidades colombianas más entrañables, por estas cosas y sobre todo, por su enorme calidad como futbolista. Se movía tan bien entre los espacios del mediocampo que hasta a veces parecía que no lo querían marcar. Era un jugador paciente, manejaba con igual técnica tanto su pie derecho como el izquierdo. Ejecutaba tiros libres con maestría, con una rosca marca registrada. Alguna vez el Flaco Menotti se refirió a él como "un mago de la inteligencia, que sabe la ubicación de sus compañeros casi sin mirarlos y que les entrega el balón como con la mano". También fue elegido por Pele como uno de los 125 jugadores vivos que mas se destacaron en la historia. Otro homenaje, tiene una estatua en su Santa Marta natal, vestido de jugador, con su brillante cabello destacándose.


            Valderrama fue un incomprendido de su época. Siempre se sintió así, y sin embargo siempre siguió tratando de imponer su estilo, lo que materializo para siempre la adoración que tenemos por él. Su liderazgo, su capacidad con el balón. Así como su buena onda –el inconfundible “todo bien, todo bien”-  y su cabellera distintiva. Pero también su sensibilidad y timidez, hacen del Pibe un personaje entrañable y querido por aficionados, periodistas y jugadores de todo el mundo.


lunes, 10 de junio de 2013

Una Fuerza Bruta

La sala Villa Villa del Centro Cultural Recoleta puede parecer chica  para un espectáculo que ya llegó al Luna Park. Un show que ya dio la vuelta al mundo pasando por lugares como Brasil, New York, Londres, Moscú, Grecia, Bélgica, Holanda, Israel, España, Taiwan y Manila.

Una buena recepción donde podes tomar algo que alguna promotora te convida, o directamente ir y comprar en la barra que se encuentra en la entrada junto a los diferentes sponsors. Después de esto a introducirse en la sala oscura y con muchas luces que se encenderán en cualquier momento. 

Fuerza Bruta está donde se siente más cómoda, en Buenos Aires. La música, el espectáculo, el show en el aire y la participación del público son elemento fundamentales. Suena Wayra y arranca el show. La adrenalina empieza en el minuto uno y se mantiene hasta el final. Las luces y la musicalización son las máximas responsables de esto.  

Otra parte muy importante de que salga todo perfecto es la producción. Están durante todo el show acomodando todo, moviendo a la gente, dando indicaciones, montando y desmontando la escenografía. Tan principales como los actores. 

La mejor invitación para vos que todavía no fuiste es que sepas que hay actuación, acrobacia, música en vivo, escenarios que se presentan y se van entre la gente, una estructura con agua que baja desde el techo hasta llegar a tu altura con mujeres realizando un show, vas a saltar y bailar bajo el agua a ritmo de tambores o de un DJ que va a poner su musica.

" Teatro viejo con tecnología del siglo XXI", así lo definió alguna vez Diqui James, uno de sus creadores. Las entradas se agotan a paso rápido. Es algo que vale la pena ver y disfrutar. Una gran experiencia.