martes, 28 de mayo de 2013

El enganche semanal II

Por Martin Muelas
@martinm87


Si hablamos de un país nórdico, de costumbres estructuradas, personalidades frías como su clima y deportistas históricamente caracterizados por su porte físico y su potencia altura y fuerza, parecería imposible que allí podamos encontrar a algún jugador de esos que nos gustan, de los que intentamos homenajear en esta sección. Pero así de impredecible es el fútbol, haciendo que este pequeño país europeo nos haya brindado a uno de los más fenomenales enganches del siglo pasado.

Michael Laudrup nació en  Frederiksberg, Dinamarca, en 1964. Miembro de una familia que respiraba andanzas futboleras durante todo el día, ya que los Laudrup tuvieron 3 generaciones de futbolistas profesionales. Tanto Michael, como su hermano Brian, practicaron y amaron este deporte desde los primeros días. El camino del joven en cuestión fue haciéndose a través de las distintas categorías juveniles de Dinamarca, llegando a debutar en la primera división del Brøndby, a los 18 años, club en el que un año antes su padre había finalizado su carrera como jugador. Al poco tiempo logró el ascenso a la primera división de su país y comenzó a llamar la atención de los grandes equipos del viejo continente.

Este mediocampista descarado, se destacaba por su talento en el uno contra uno, su marca registrada, ese pie a pie que tanto le vemos hacer a jugadores como Kaká o Iniesta por estos días. Pero sobre todo por el enorme mapamundi que poseía en su cabeza siendo capaz de ver todo alrededor y llevando siempre el balón al destino más conveniente. Como si nada, controlaba el balón con mucha facilidad y se deshacía de él con astucia dejando en condición de marcar a los compañeros mejor ubicados.
  
Su carrera a nivel clubes, siguió en el norte de Italia. Primero jugando en Lazio para luego ser tentado por  La Vecchia Signora que venía de ganar la Copa de Europa en 1985 y lo contrató para seguir con el reinado. Ese gran equipo integrado por Michel Platini, Gaetano Scirea y Aldo Serena entre otros disputó la tan recordad final intercontinental contra Argentinos Juniors, derrotándolo en los penales luego de un partido vibrante.
Luego de tres años mas en Turín emprendió un viaje hacia Barcelona, dispuesto a cambiar de aires, donde Johann Cruyff lo esperaba ansioso luego de pedirlo con insistencia a sus dirigentes. Probablemente sea en ese equipo donde se pudo disfrutar de los mejores años del Michael Laudrup jugador, ya que deslumbro siendo una de las piezas fundamentales de los primeros años del Dream Team catalán. En aquel equipo se desempeñaba en la posición de falso nueve, demarcación que tanto conocemos en estos días por ser reinventada por un tal Messi. Los momentos que hizo pasar a los dichosos hinchas catalanes serán recordados por siempre, su andar elegante, con la cabeza levantada, recorriendo el ancho del campo en puntas de pie, asistiendo y haciendo jugar a sus compañeros en un equipo que tenia entre sus filas a otros grandes jugadores como Guardiola, Stoichkov y Koeman. En fin, fueron años de un futbol de alto vuelo, que se vieron interrumpidos por las constantes diferencias que empezó a tener con Cruyff. Johan le reprochaba su falta de compromiso o amor propio en ciertos momentos.Sostenía que Laudrup tenía un potencial superlativo y nunca se pudo ver el cien por ciento de su despliegue por estos motivos. A esto se sumo que en la última de las cuatro ligas consecutivas que consiguió el Barcelona, el club había incorporado al brasileño Romario, con todo su poder de gol, y que en esos tiempos previos a la Ley Bosman, los equipos solo podían alinear a tres extranjeros. Esto hizo que sus minutos en liga fueran mermando, llegando a jugar poco y sintiéndose fastidiado.





La ultima temporada antes de acabar su contrato, ya era sabido que Michael no iba a renovar por su descontento con el club, y fue entonces que -cuando no- apareció el Real Madrid con una oferta millonaria dispuesto a llevarse al crack del eterno rival. Éste no lo dudó y firmó por dos temporadas con el club merengue, formando parte también de un gran equipo y consiguiendo la liga española en su primer año,  convirtiéndose así en el primer jugador en toda la historia del futbol ibérico que gano 5 años seguidos la competición y con dos clubes distintos. Entre otras anécdotas también podemos sumar que fue parte del 5 a 0 que el Barcelona le endosó al Madrid en la temporada 93/94, y luego al otro año jugando para los blancos gestó la revancha logrando que el Real ganara por idéntico resultado.

A nivel selección, siempre nos quedara una espina clavada a los que admiramos a este gran jugador, ya que nunca termino de redondear un gran torneo jugando para su país. A veces a causa de sus compañeros, otras por sus propios fantasmas. Si bien debuto en torneos grandes en la Eurocopa de 1984, siendo una de las figuras del torneo, y también deslumbro en México 86 jugando un gran futbol con su selección, antes de caer eliminado por goleada a manos de España. Se recuerda aquel partido increíble contra Uruguay, como máxima exposición danesa en aquel mundial. El futuro quiso que los torneos siguientes, Dinamarca no pudiera consolidar lo que insinuó. Tampoco pudo ser parte del plantel danés que obtuvo la Eurocopa de 1992, ya que por entonces estaba enfrentado con el entrenador del equipo. Como premio consuelo le quedara el gran nivel que mostró en Francia 98 llevando a su país hasta cuartos de final, mostrando un gran nivel y manejando al equipo a su antojo. Fue elegido en el equipo ideal de ese torneo.

Numerosos testimonios aparecen de jugadores que lo vieron o compartieron equipo con Laudrup. Entre ellos el propio Iván Zamorano, reconociendo que de no ser por él jamás habría marcado tantos goles. De hecho, en la temporada 94/95 lo asistió en el 82% de sus goles (sí, el ochenta y dos por ciento). Otros compañeros han manifestado que " tu sólo debías correr, él siempre iba a encontrar la forma de pasarte el balón en el momento oportuno". Pep Guardiola nunca entendió cómo pudo ser que nunca ganara el balón de Oro de la FIFA. Beckenbauer lo catalogó como el mejor jugador de la década.

Su andar siguió en Japón y finalizó -ganando otra liga- en el futbol holandés, en las filas del Ajax.  Luego de retirado, de tanto en tanto despuntaba el vicio en el equipo senior de Lyngby. Entre algunas de sus condecoraciones se encuentra el haber sido elegido por Pele como uno de los 125 mejores jugadores de toda la historia en un ranking que solo tuvo en cuenta a jugadores vivos. También fue distinguido oficialmente como el mejor jugador de la historia de su país.

Actualmente podemos ver a Michael en la Premier League inglesa al mando del sorprendente Swansea, equipo galés que viene dando que hablar por sus resultados y sobre todo por su juego de posesión, toque, desmarque y presión. En fin, el hombre no puede saciar su hambre de futbol y ahora se dedica a trasladar su conocimiento a otros jugadores.

Se trató de un típico ejemplo del jugador que era más feliz con la asistencia que con el gol propio. Michel Platini manifestó en varias ocasiones, que si hubiera sido un poco más egoísta -en el buen sentido de la palabra- habría marcado muchísimos más goles. Sin embargo, podemos encontrar varios goles y de elevada calidad en su repertorio. La mayoría de las veces para no perder la costumbre, anotaba dando pases a la red, aunque también contaba con un preciso disparo desde lejos, con tiros secantes al ángulo con la facilidad que solo los elegidos pueden tener. Sus inolvidables pases de cachetada, mirando para otro lado, o sus pisadas serán marca registrada por siempre.


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